lunes, 25 de febrero de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 2 Part. 4


Era una persona muy agradable, me gustaba el hecho de que él hubiera defendido su sueño a tal punto de dejar a su familia, si mi padre no me hubiera apoyado yo creo que no hubiera seguido mi sueño, abandonarlo es la única cosa que jamás podría hacer.
Fue un día largo, en cuestión a la escuela, al salir del salón Daniel estaba en la puerta esperándome, lo vi, pase a su lado y lo ignore, sabía que era de mala educación pero la hipocresía nunca se me ha dado bien, el me siguió me tomo por el brazo, me jalo y me beso, no supe que hacer, me tomo por sorpresa, así que le regrese el beso, fue más bien un impulso, un estúpido impulso, cuando reaccione de lo que estaba pasando lo empuje me di la vuelta y salí corriendo, esta vez no me siguió.
Al llegar a mi casa subí corriendo a mi habitación, me recosté en la cama y me solté a llorar, era algo tonto pero me sentía usada, un día me hacía sentir parte de su vida, me hacía sentir especial, al otro besaba a otra chica a la cual supuestamente no quería para después besarme a mí, no entendía que demonios pasaba por su cabeza. Estaba llorando peor que Magdalena cuando tocaron a la puerta de mi habitación, era una de la señora que hacia el aseo, pregunto que si podía entrar, me seque las lágrimas lo más rápido posible, no quería que nadie me viera así, se disculpó por la molestia y me dijo que había un chico en la sala que preguntaba por mí, le pregunte que quien era y me dijo que no le había dicho su nombre, solamente le había dicho que era “mi compañero”, le agradecí y salí corriendo al baño a arreglarme, más bien intentar ocultar la lágrimas, una vez lista baje a la sala, él estaba de espaldas pero aun así lo pude reconocer, era Alexander, lo que no me explicaba era como había encontrado mi casa, eso no importaba en ese momento, corrí a el y lo abrece, el me abrazo aún más fuerte a su pecho, hundí mi cabeza en él, el solamente acaricio mi cabello, llore y llore hasta que sentí que era demasiado, entonces me aleje, alce la cabeza y lo quede mirando fijamente a los ojos, me dijo: “lo he visto todo, no es necesario que me lo expliques ni te disculpes, aunque debo de admitir que por un momento me dieron ganas de golpearlo, pero en vez de eso decidí venir tras de ti, sabía que no estarías bien, me di cuenta por la forma en como lo miraste”, no pude contenerme y lo volví a abrazar, eran reacciones estúpidas, pero no las podía detener.
Una vez tranquila le ofrecí una taza de café, nos sentamos a platicar y me dijo que él se ofrecía a partirle la cara Daniel, yo le dije que no era necesario, que era algo sin importancia a lo que el respondió: “nadie tiene derecho de besarte situ no lo deseas así”, tenía razón pero yo no quería hacer este asunto más grande, aun así le di las gracias, ahora él era mi único amigo, no podía concebir como las cosas pueden cambiar tan rápidamente de un momento a otro.

domingo, 24 de febrero de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 2 Part. 3


Después de cansarse de esperar a que yo dijera algo me pregunto: “¿Qué te parece?, ¿Porque no dices nada?” Mi única respuesta fue abrazarlos y decirle GRACIAS al oído, el me abrazo, al soltarlo pude ver como Daniel nos veía algo molesto, en ese momento Mónica volvió a atraer su atención y lo beso, sentí feo la verdad, pero que podía hacer; Salí con Alexander a la hora del almuerzo a comprar algo a la cafetería, hay tuve oportunidad de platicar tranquilamente con él, compramos dulces y nos sentamos en uno de los jardines, el me preguntó qué porque había escogido esta carrera, le conté que en un principio el plan era estudiar enfermería porque mi padre había era doctor y mi abuelo también, además que mi madre había sido enfermera, así que él quería que fuera como ella, pero aunque siguiera sus pasos yo jamás llenaría el lugar que ella había dejado, mi pasión era pintar desde que tenía 8 años, cuando por primera vez vi un cuadro que me había gustado, era “El sueño de Cristóbal Colon, 1959” de Salvador Dalí, en el momento que lo vi en el consultorio de un amigo de papá supe que eso era lo que quería hacer toda mi vida, que las personas sintieran el mismo asombro que yo había sentido al  verlo, mi padre se opuso en un principio pero cuando le explique que yo sabía que entraría a la Fac. de Medicina y que al darme cuenta que rotundamente no era lo mío abandonaría la carrera, desperdiciando así tiempo y un valioso lugar que alguna otra persona con vocación pudiera ocupar, le llevo tiempo pero lo comprendió y por eso estudio artes, porque son lo único que verdaderamente me apasiona en la vida, después le pregunte que como es que él había escogido esta carrera a lo que él me respondió: “Al pintar me siento libre, me siento realmente vivo, es como si todo estuviera bien, como si pudiera pintar la vida que me gustaría tener, las cosas que me gustaría conocer, donde ser lo que quiero ser”, también me contó que por esta decisión sus padres lo habían corrido de la casa, que llevaba este iba a ser su segundo año viviendo solo, y que por ahorrar para estudiar lo que quería tuvo que trabajar y por eso había perdido un año, era un año más grande que yo.

lunes, 18 de febrero de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 2 Part. 2


Al otro día en el salón todos estaban en pequeños grupitos platicando alegremente, supuse que era por el hecho de que en la clase del profesor Taylor haríamos dibujos los unos de los otros con la técnica que quisiéramos, en lo particular a mí no me agradaba la idea, aun no tenía un estilo definido, y para el colmo no veía a Daniel por ninguna parte, donde se había metido, todo esto me estaba volviendo una amiga ansiosa, no sabía si así eran todas las amistades pero realmente tenía miedo de que algo le fuera a pasar, ya eran 20 minutos más de la hora de entrada y él no llegaba. Hasta que lo vi entrar venia del brazo con Mónica, eso era un golpe bajo, decir que no te interesa alguien, que es mala persona entre otra cosas y al otro día estar con esa persona como si nada hubiera pasado, era algo un tanto difícil de creer, esto cambiaba por completo la imagen que tenia de él.
Para la clase del profesor Taylor todos tenían pareja menos yo, así que está pensando que dibujar, cuando vi que fuera del salón había un chico tocando para ver si se le permitía pasar todavía. Era alto, delgado pero musculoso, con un cabello chino tipo afro pero no tan marcado, y unos lindos ojos verdes, le dijo al profesor que le disculpara el llegar tarde pero que era nuevo y aun no conocía bien la ciudad y se había perdido, el profesor checo su lista y al darse cuenta que lo que decía era verdad lo dejo pasar y lo asigno como mi compañero, al sentarse frente a mí me pregunto mi nombre, me presente y él dijo que le agradaba mi nombre, él también me parecía agradable, el tipo de persona con el cual puedes platicar relajadamente, reír y ser tú mismo sin preocuparte tanto, en eso se parecía a Daniel,  Daniel, Daniel, Daniel, porque tuvo que llegar con ella, en fin, otra cosa que me comento mientras dibujábamos era que su nombre completo era Alexander Villa Lobos Córdoba, y que venía de Puebla, que había elegido la carrera de Artes como el resto de los miembros de la clase porque se sentía libre al pintar y dibujar y se notaba, toda la clase tuvo una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Al terminar la clase teníamos que mostrarle a nuestros compañeros nuestros resultados, cuando el me mostro el retrato que había hecho de mi me dieron ganas de llorar jejeje en verdad que si su estilo era algo entre Picasso y Dalí, mi cara era con figuras geométricas pero con rasgos muy bien dibujados, era algo por lo cual no sabía si llorar de alegría por el lado de Dalí o de risa por lo de Picasso. 

domingo, 17 de febrero de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 2 part. 1


Iba caminando hacia la cafetería por un poco de agua para calmarme cuando él me tomo por el brazo y me volteo hacia el preguntándome: “¿Por qué te has ido sin esperarme?”, Intente disimular mis celos, si creo que eso eran, y le conteste que no quería que hiciera esperar a su “amiguita”, él se me quedo mirando fijamente a los ojos para después estallar en risas, yo me enoje más, no sabía qué hacer, acaso se estaba burlando de mí?, me di la vuelta y seguí caminando, el me alcanzo fácilmente y me dijo: “perdóname, no es que me burle de ti, es solo que esa chica es Mónica, mi exnovia, a la cual no pienso volverle a hacer caso, no me gusta cometer el mismo error dos veces, pero volviendo al tema me reí porque tu cara me dio mucha ternura, acaso tienes celos?”, no supe que contestar al instante, así que bufe y le dije: Yo? Celos? De ti? Que va, si alguna vez tuviera celos no sería de ti. Después de este drama seguimos como si nada hacia la cafetería, compramos algo de almorzar y platicamos un rato, me percaté de que algo no andaba bien, me hablaba sin levantar la mirada ni verme, estaba… triste?. Le pregunte que si le pasaba algo malo o si se sentía mal a lo que él me respondió: “Enserio nunca te pondrías celosa por mí?”, acaso estaba jugando conmigo!, pero tuve que responder no podía dejar la duda en el aire, “Claro que sí, eres un chico lindo, además de ser mi único amigo, era broma lo de hace rato”, en ese instante su rostro se volvió a iluminar y sonrió nuevamente, todo estaba perfecto en ese instante, hasta que nos percatamos de la hora que era y salimos corriendo nuevamente al salón, al entrar Mónica estaba sentada en la banca de al lado de Daniel,  nos volteó a ver, a mí me barrio con la mirada y a él le sonrió, este iba a ser un largo semestre un tanto insoportable, pero en fin solo éramos amigos, no tenía derecho de reclamarle nada de su vida amorosa, o de las chicas que le gustaban, por más que me doliera. Es un momento incomodo en el cual quisieras ser algo más que su amiga, para que así nadie tuviera la oportunidad de alejarlo de ti.
Al terminar el día me fui sola a casa como de costumbre, él tuvo que ir a comprar unos libros que hacían falta para la clase de diseño básico, se supone que los artistas somos extrovertidos, abiertos y algo alocados, pero como siempre creo que yo soy la excepción; no acordamos ningún plan para la tarde ni para la noche, así que volví a tener un día como antes de conocerlo o esa era la idea, aunque solo hubiéramos pasado dos días juntos sentía que nos habíamos conocido de siempre, como los amigos que se conocen desde el jardín de infantes que saben toda la vida el uno del otro. Fue la tarde más larga de toda mi vida, era como si algo no estuviera bien, como si algo me faltara, todo se sentía más grande, los minutos se me hacían horas, estuve estresada, cansada y aburrida, pensando que cosas maravillosas habría por hacer afuera, un mundo de opciones pero no tenía nadie con quien explorarlo.

sábado, 16 de febrero de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 1 Part. 2


Nos vimos en la cafetería que estaba cerca de la universidad, él ya me estaba esperando, llevaba un hermoso tulipán rojo en su mano, al acércame me lo ofreció y me ayudo a sentarme, era algo diferente conocer a alguien que tuviera ese tipo de atenciones contigo y que no fuera tu padre ni algún familiar. Platicamos de todo un poco, de nuestros libro favoritos, de nuestras frases favoritas de libros, él dijo que la suya era: “Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea” del libro de la Quinta Montaña, yo le dije una diferente, de otro de mis libros favoritos: “Y de ese modo el león se enamoró de la oveja; qué oveja tan estúpida!; qué león tan morboso y masoquista!” era un clásico de la literatura actual, era un gusto culposo por decirlo de alguna manera, pero a el pareció agradarle, puesto que también le gustaba la saga de Crespúsculo, era raro encontrar a un chico así. Era raro estar ahí con él, alguien con quien hablar tranquilamente, que al parecer gustaba de las mismas cosas que tú, que le entusiasmaba la idea de conocerte y estar más tiempo contigo, me conto un poco sobre su familia, era hijo único de padres divorciados, su primer apellido era García y su segundo Ríos . Acabada la noche me acompaño a mi casa, y antes de despedirnos me pregunto que si podía ser mi amigo, lo cual me pareció fantástico puesto que nunca antes había tenido uno.
Al otro día en la universidad nos dimos cuenta que varios de nuestros horarios coincidían lo cual era fantástico porque no conocía a nadie más y no sabía cómo hacer amigos, así que el amablemente se sentó a mi lado para que no me sintiera tan sola. Ese día estaba muy bien, hasta que al final de la clase una chica se le acerco, lo saludo de beso, muy cerca de los labios y le dijo que lo veía más tarde, yo me quede sin saber que hacer o decir, sentía ganas de gritar y golpear a esa chica, era una sensación nueva, así que agarre mis cosas y me salí del salón rápidamente. 

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 1


Se pueden soñar con cuentos de hadas, príncipes, princesas, héroes y porque no, en este mundo actual con vampiros, pero no es necesario nada de eso cuando encuentras a tu otra mitad, algo que no sabías que te faltaba pero al tenerlo te sentías completo.
Vivir por vivir no es vivir, pero no te das cuenta ni lo percibes hasta que conoces a ese alguien que te mueve todo, que se abre paso solo por tu corazón, si pedir permiso ni opinión, solamente entra para ya no dejarte nunca más,  para llenarte de nuevos sentimientos, una felicidad diferente, celos, preocupaciones y demás. Yo no sabía nada de eso, nunca lo había pensado ni experimentado hasta que lo conocí, un día normal para mí era ir a la escuela, de la escuela a la casa, estudiaba y cuando tenía algo de tiempo libre tocaba el piano, no tenía tiempo para amigos ni nada que se le pareciera, mucho menos para pensar en chicos, era del tipo de chicas solitarias, que no usan maquillaje ni ropa perfectamente combinada o el cabello delicadamente arreglado, así era yo, simple, sencilla y tranquila como mi nombre Paz Hernández, algo común, viva en el Distrito Federal y cursaba la carrera de Artes.
Era un día como cualquier otro para mí, un nuevo semestre, tenía que ir a recoger mis nuevo horarios a la dirección por lo cual llevaba algo de prisa por llegar al salón y conseguir un buen lugar, iba leyendo un libro así que no vi que él venía de frente hasta que ambos chocamos y caímos al piso. El amablemente me ayudo a ponerme de pie y levantar mis cosas, al hacerlo tomo uno de mis libros entre sus manos y lo miro detenidamente, diciéndome después: “El amor más fuerte es aquél…” que puede mostrar su fragilidad, le conteste, el me miró fijamente, en ese instante no supe que más decir, nos quedamos un instante mirándonos pero sentía como si lo conociera de toda la vida. Pero teníamos que hablar, no nos podíamos quedar hay parados toda la vida, así que lo único que se me ocurrió decir fue: Te gusta Once minutos?, a lo que él me respondió, un poco tarde: “Por supuesto, me encantan todos los libro del gran Paulo Coelho pero este es uno de mis favoritos”, después sonrió y como respuesta le dedique una sonrisa, algo que normalmente no haría. Su nombre era Daniel, se ofreció a acompañarme a la dirección y de ahí al salón, y así fue, acordamos vernos por la tarde para tomar un café.