No tuve tiempo de pensarlo, no quería pensarlo más
y lo abrase tan fuerte como pude, lo único que pude decir fue un “no te vayas,
no aun, no ahora, ni ahora ni nunca, no me dejes”, el me abrazo por un momento
para después mirarme a la cara otra vez y decirme: “y para que me quedaría,
para ver simplemente como sufres por alguien más, para verte amar a alguien que
no soy yo, por ti he sido demasiado masoquista, al grado de perder mi propia
esencia, mi alegría y mi paz, si me quedo ¿Qué me ofrecerás?”, respondí
rápidamente, le dije lo que salía de mi corazón sin pensarlo mucho, “yo te
quiero como mi mejor y único amigo pero por no perderte estaría dispuesta a
intentarlo, intentar verte de otra manera, intentar amarte como tú me amas,
intentar soñar como tú, ver las cosas como las ves tú, ser tu complemento, el
único detalle es que no garantizo resultados, y no quiero perderte, no quiero
herirte ni que me hieras, no quiero que te vayas”, el me pregunto: “¿Entonces
si me darás una oportunidad?, se que esto es inesperado, pero prometo hacerte
feliz, tanto que olvidaras todo lo que paso”, está bien, es una oportunidad, le
dije y me dije a mi misma; Me abrazo otra vez, pero esta vez era tanto su
entusiasmo que hasta me cargo, y al bajarme intento besarme pero yo me
volteé, el me miro con cara confusión, y
solo puede decirle: “las cosas se dan poco a poco sin presionar, en el momento
indicado”, el asintió y sonrió, por fin después de mucho tiempo volví a ver esa
sonrisa suya tan encantadora que tanto me gustaba.
Pase toda la tarde pensando en lo sucedido y decidí
que era lo mejor, debía darle una oportunidad, porque una oportunidad no se le
niega a nadie, o al menos eso me había enseñado mi padre, y tenía que darme una
oportunidad también, la oportunidad de olvidar lo que había pasado con Daniel,
o más bien de todo lo que había planeado y no se pudo concretar porque había bastado tan solo estar un día con él
para poder darme cuenta de que el sería alguien muy especial en mi vida, era la
oportunidad de ser feliz, de tener por primera vez una relación formal, hasta
cierto punto, estable, pero sobre todo de conocer la otra cara del amor, esa
cara de la que muchos hablan, esa cara perfecta que no había podido conocer, la
otra cara de la moneda. Otra de las cosas en las que me quede pensando fue en
el hecho de que no sabía que éramos ahora, amigos con derechos, solo amigos, novios
o que?, debía hablar con el para dejar las cartas sobre la mesa y ver como
quedaría todo.