viernes, 15 de marzo de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 3 Part. 2


No tuve tiempo de pensarlo, no quería pensarlo más y lo abrase tan fuerte como pude, lo único que pude decir fue un “no te vayas, no aun, no ahora, ni ahora ni nunca, no me dejes”, el me abrazo por un momento para después mirarme a la cara otra vez y decirme: “y para que me quedaría, para ver simplemente como sufres por alguien más, para verte amar a alguien que no soy yo, por ti he sido demasiado masoquista, al grado de perder mi propia esencia, mi alegría y mi paz, si me quedo ¿Qué me ofrecerás?”, respondí rápidamente, le dije lo que salía de mi corazón sin pensarlo mucho, “yo te quiero como mi mejor y único amigo pero por no perderte estaría dispuesta a intentarlo, intentar verte de otra manera, intentar amarte como tú me amas, intentar soñar como tú, ver las cosas como las ves tú, ser tu complemento, el único detalle es que no garantizo resultados, y no quiero perderte, no quiero herirte ni que me hieras, no quiero que te vayas”, el me pregunto: “¿Entonces si me darás una oportunidad?, se que esto es inesperado, pero prometo hacerte feliz, tanto que olvidaras todo lo que paso”, está bien, es una oportunidad, le dije y me dije a mi misma; Me abrazo otra vez, pero esta vez era tanto su entusiasmo que hasta me cargo, y al bajarme intento besarme pero yo me volteé,  el me miro con cara confusión, y solo puede decirle: “las cosas se dan poco a poco sin presionar, en el momento indicado”, el asintió y sonrió, por fin después de mucho tiempo volví a ver esa sonrisa suya tan encantadora que tanto me gustaba.
Pase toda la tarde pensando en lo sucedido y decidí que era lo mejor, debía darle una oportunidad, porque una oportunidad no se le niega a nadie, o al menos eso me había enseñado mi padre, y tenía que darme una oportunidad también, la oportunidad de olvidar lo que había pasado con Daniel, o más bien de todo lo que había planeado y no se pudo concretar porque  había bastado tan solo estar un día con él para poder darme cuenta de que el sería alguien muy especial en mi vida, era la oportunidad de ser feliz, de tener por primera vez una relación formal, hasta cierto punto, estable, pero sobre todo de conocer la otra cara del amor, esa cara de la que muchos hablan, esa cara perfecta que no había podido conocer, la otra cara de la moneda. Otra de las cosas en las que me quede pensando fue en el hecho de que no sabía que éramos ahora, amigos con derechos, solo amigos, novios o que?, debía hablar con el para dejar las cartas sobre la mesa y ver como quedaría todo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 3 Part. 1


Desperté gritando como loca, esto causo que mi padre entrara corriendo a la habitación preguntando: “Que paso?, Que paso?”, Yo le respondí que nada, que solamente había sido una pesadilla, porque como le dices a tu padre que alguien te controla a ti, que alguien controla a que quieres, que las cosas se ven más raras de lo que son. Pero al final de cuentas era solo un sueño, si eso tenía que ser, porque Alexander era incapaz de hacerme daño, él era diferente, si él era diferente… pero diferente cómo?... y que relación tenía el con Mónica?, los días consecutivos a ese fueron diferentes e iguales a la vez, Alexander estuvo estaba conmigo y no estaba conmigo, siempre me seguía y acompañaba a donde iba, pero su mente estaba muy lejos de nosotros, estaba seria todo el tiempo y si sonreía era solamente una sonrisa superficial, pero a partir de ese día todos los días fueron iguales por más de dos meses; Daniel seguía con Mónica, a veces cuando pasaba a su lado me volteaba a ver,  pero en cuanto nuestras miradas se encontraban el volteaba para otro lado, me evadía. Fueron los dos meses más largos de mi vida, un día cansada de la situación decidí enfrentar a Alexander,  era la hora de la salida e íbamos caminando hacia mi casa, me pare en seco y volteé para verlo cara a cara, el me miro confundido y me dijo: “¿Pasa algo?, ¿Estás bien?”, le dije “la cuestión aquí es  si tu estas bien, ya me canse de esto de no saber que tienes, porque te comportas diferente, porque ya no sonríes, porque ya no eres tan lindo, no concibo la idea de que todos cambien de la noche a la mañana” Se quedo serio, y tardo un poco en contestarme, fueron minutos que se me hicieron horas, pero finalmente me dijo: “He visto como te duele ver a Daniel con Mónica, veo esa tristeza en tus ojos el verlos juntos y me mata, me mata el hecho de no poder hacer nada para que seas feliz, completamente feliz, es tan doloroso verte así que he llegado a pensar en irme, dejarte y poder llevarme así conmigo todas las cosas que quiero y no puedo hacer, aquel beso que no te di, las palabras que calle y todos los sueños que contuve, todo este amor que es mas inmenso que un océano entero, un océano en el cual me estoy ahogando, tu sufres y yo sufro, y esto se hace cada vez mas insoportable”.

lunes, 4 de marzo de 2013

Amor al Arte de Enamorarte Cap. 2 Part. 5


Esa noche tuve un sueño muy raro, Daniel estaba junto a Mónica, pero era como si no estuviera el en sí, sus ojos no se veían, estaban negros, era como una especie de títere, hacia exactamente todo lo que Mónica le susurraba al oído, por un momento volvió a ser el, sus ojos volvían a su color natural, me miro con ojos de súplica y me dijo: “ayuda”, en ese momento sonó el despertador, ya había amanecido y tenía que arreglarme para la escuela, no entendía porque ni en sueños me dejaba en paz.
Ese día pintaba igual que el anterior, él estaba sentado con ella y Alexander me estaba esperando con una sonrisa, así que procure ignorar todo aquello que me ponía de un humor extraño, me senté con Alex por lo cual la clase paso rápidamente, al terminar salimos a comprar una botella de agua a la cafetería, a medio camino Alex me tapó los ojos y me dijo: “te tengo una sorpresa que te agradara”, no supe a dónde íbamos pero esperaba que fuera algo bueno porque para sorpresas malas ya había tenido muchas.
Al abrir los ojos estaba frente a mí el cuadro que él había hecho de mí un día antes pero esta vez ya lo había enmarcado con un marco rosa mexicano, que lo hacía resaltar aún más, me quede sorprendida, ¿A dónde quería llegar?, me dijo: “Es para ti, eres tú, quiero que lo tengas tu”, yo le respondí que era su calificación del semestre que no me lo podía dar así porque si y me dijo: “tengo otro que entregare, pero este es especialmente para ti porque si no fuera por este cuadro no te hubiera conocido de la forma en que lo he hecho”. No me quedo de otra que aceptarlo, jeje, así que me lo lleve a mi casa. Como agradecimiento le di un fuerte abrazo, pero mi abrazo parecía una caricia muy sutil al lado de su abrazo de oso, me sentía feliz abrazándolo era como un claro intercambio de energía, que nos dejaba a los dos con una muy buena vibra y una gran sonrisa en el rostro, en clases todo siguió normal, no hubo nada raro ni relevante, más que un compañero de clases que tenía los audífonos puestos y se le olvido que estábamos en clases, o eso quiero imaginar, y se puso a cantar a puro pulmón, fue algo bastante curioso, porque no se percató de que todos lo mirábamos hasta que el profesor le quito los audífonos. 
Termino el día nuevamente, Alex me acompaño a mi casa, nos despedimos y se fue algo serio, no me dio tiempo de preguntarle que le pasaba, pero me dejo con pendiente el resto del día. Esa noche volví a soñar con Daniel, pero a comparación de la noche pasada en este sueño también estaba Alexander, Ambos me miraban, Daniel con los ojos negros y fuera de sí mientras que Alexander me miraba con unos ojos grisáceos y glaseados, no tenía sentido, porque cambiar el color de sus ojos, que había detrás de ellos, y nuevamente Mónica controlaba a Daniel, pero lo curioso es que Alexander controlaba a alguien, a alguien más, el tenia hilos de titiritero en sus manos, pero a quien controlaba, eso me hizo sentir curiosidad, así que me acerque a ver si la conocía, puesto que su silueta me indicaba que era una chica, tenía la cabeza agachada y el rostro cubierto por su cabellera así que le toque el hombro para que levantara la vista, cuál fue mi sorpresa al descubrir que era yo.